Todo esto cambió a partir del siglo XV, fechas por las que se empezaron a escribir poemas y canciones amorosas que los enamorados dedicaban a sus más queridas parejas. Aunque fue un siglo más tarde, en Inglaterra, cuando se realizó el cambio más importante; en Inglaterra se empezaron a desarrollar los regalos de San Valentín. Alrededor del 14 de febrero se comenzaron a comercializar tarjetas de felizitación y las cartas románticas con mensajes bonitos. Todo esto facilitado por la revolución industrial y las innovaciones en el transporte de mercancias.
Estas tradiciones fueron evolucionando y, ya en el siglo XX, el 14 de febrero se convirtió en el día que conocemos en la actualidad. Se comenzaron a asociar los bombones y las flores con símbolos de amor y regalos de San Valentín y los comercios esperaban con ansia el día especial donde incrementar sus ventas al máximo. Al mismo tiempo, la festividad se fue exportando a otros países del mundo (como es el caso de España a mediados del siglo pasado) y estos adoptaron todas las tradiciones anglosajonas.
No obstante, a finales de siglo, la Iglesia Cristiana quiso quitar importancia al día por sospechar que la historia del sacerdote fuera pagana. Por esto mismo, retiraron la festividad de San Valentín del calendario cristiano y hoy en día se celebra la vida de los santos Metodio y Cirilo, pero ya era demasiado tarde como para que la gente de a pie olvidara la celebración del día de los enamorados. Y así, hoy en día, seguimos celebrando San Valentín en varios países del mundo, aunque algunos como Brasil lo hagan en diferentes fechas y la Iglesia no reconozca la festividad.